Primeros derribos tras la DANA en Catarroja: “Reconstruiría mi casa pero mi hija me pide que nos vayamos a un piso alto”
![Primeros derribos de viviendas en Catarroja.](https://static.eldiario.es/clip/b1e2146f-6ac4-44e9-af79-199431fbef2b_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
La localidad de Catarroja se ha convertido en una de las primeras en afrontar el derribo de un bloque de viviendas con daños estructurales provocados por la DANA del pasado 29 de octubre que dejó 227 fallecidos en la provincia de Valencia. En concreto, se trata de cinco de los adosados de un conjunto de 40 casas ubicadas en la calle del Tribunal de las Aguas, a escasos 100 metros del barranco de Poyo.
Tras obtener los pertinentes permisos municipales, la empresa contratada por la comunidad de propietarios ha preparado todo el vallado perimetral de la zona afectada desde primera hora de este lunes y ha iniciado los primeros trabajos de demolición con maquinaria pesada en torno a las 12.30 horas, ante la mirada emocionada de varios de los vecinos y vecinas afectados.
Una de ellas es Paula Nadal, propietaria del número cinco, uno de los inmuebles que se van a derribar: “Al día siguiente de la barrancada vimos un socavón en nuestra parcela y ahí nos dimos cuenta de la gravedad del asunto. Cuatro días después empezamos a escuchar cómo se agrietaban las paredes y ahí ya llamamos a arquitectos y bomberos y nos aconsejaron el desalojo por colapso. Me fui a vivir a Llíria a casa de mi cuñada con mis hijos de 16 y 8 años durante un mes y medio casi hasta que con ayuda de gente pudimos coger dinero para pagar la entrada de un piso de alquiler. Mi idea es reconstruir la vivienda tal y como la tenía, pero adaptado a la nueva legislación y con los cimientos más anchos y seguros, pero no tenemos claro aún si es factible, de hecho existe la posibilidad de que haya que tirar todo el residencial. Mi hija pequeña no quiere quedarse, me dice que nos vayamos a un piso alto”.
Otro de los propietarios, en este caso del número nueve, es Aaron Murillo, quien denuncia los altos costes a los que están haciendo frente y la ausencia de ayudas públicas. Según explica, “hasta ahora entre arquitectos, abogados y notarios nos hemos gastado ya casi 90.000 euros entre toda la comunidad de propietarios, los primeros días no tuvimos ningún papel que dijera que estábamos desalojados por riesgo de derrumbe y nos tuvimos que buscar la vida como pudimos, en mi caso con mi madre que es minusválida”.
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Murillo lamenta que saben que está “la ayuda de la Generalitat para alquileres que tenemos todos solicitada desde el primer día, pero ni siquiera ha pasado el estado revisión por lo que estamos viviendo de alquiler sin ninguna ayuda”. Tampoco han recibido ayudas del Gobierno: “Son ayudas subsidiarias que complementan lo que nos vaya a pagar el seguro y el seguro no nos va a indemnizar hasta que termine todo. Hay un perito diferente por vivienda y nos han dicho que hasta la segunda semana de marzo no van a venir a valorar y que hasta entonces no van a hablar de dinero. Tenemos un presupuesto de 168.000 euros para acometer los derribos de los que es posible que el Ayuntamiento asuma las tasas de medio ambiente que ascienden a 55.000 euros para el tratamiento de los escombros”.
Saray Gil es otra de las vecinas de la comunidad. Aunque su vivienda está dentro de las afectadas por los derribos, cuenta con un comercio a escasos metros, en el 32 de Blasco Ibáñez, que reabrirá por fin el 28 de febrero tras haber quedado devastado por la DANA: “Teníamos una tienda de ropa y un taller de costura. Vendemos nuestra marca Lola Guarch a otras tiendas y además tenemos tienda multimarca. El día de la DANA estábamos trabajando y salimos como pudimos de la tienda. Entraron casi dos metros de agua y lo perdimos todo, en total unos 150.000 euros en daños y tenemos un presupuesto de inversión para la reapertura de 35.000 euros, solo en obra. De momento solo he tenido la ayuda de 8.000 euros de Juan Roig y una ayuda de una entidad religiosa que nos pagó una factura de 3.000 euros. También la ayuda de autónomos de 5.000 euros. El seguro ha venido el perito, me hicieron una primera valoración de 65.000 euros y la denegué. No he sabido mucho más”.
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Gil destaca la labor de todos los amigos y voluntarios, “unas 30 personas que durante cinco días estuvieran ayudando a en las tareas de limpieza sin las que a día de hoy aún estaría quitando barro, fue precioso todo el cariño y lo que se volcó la gente”. Sobre el día de la DANA, recuerda que estaba trabajando en el taller y no se enteraron cuando empezó a subir el agua: “Un chico nos empezó a aporrear la puerta para que saliéramos, no pudimos casi ni abrir la puerta. La fuerza del agua me tiró al suelo, pero me pude levantar y le dije al chico que yo estaba bien pero que cogiera a mi perra. Salimos con el agua al pecho, las farolas pararon los coches, de lo contrario nos hubieran arrastrado. Nos metimos en el patio de al lado y unas niñas de 15 años nos acogieron en su casa. Sus padres se quedaron atrapados en el Leroy Merlin, pero pasaron la noche a salvo y al día siguiente pudieron reunirse”.
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