Aitor Esteban prepara el asalto a la presidencia del PNV con el apoyo de buena parte del aparato de Bizkaia
![Andoni Ortuzar, aupando una careta gigante de Aitor Esteban, en un mitin del PNV](https://static.eldiario.es/clip/9307f6a7-2f39-4903-b8c4-5894d5100a74_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Aitor Esteban (Bilbao, 1962) se prepara ya para asaltar la presidencia del Euzkadi Buru Batzar (EBB) del PNV. En los próximos días, el portavoz nacionalista en el Congreso de los Diputados comunicará que acepta pasar a la segunda vuelta del proceso interno del principal partido vasco como alternativa a la continuidad de Andoni Ortuzar y a la luz del importante respaldo que ha encontrado en las bases durante la primera vuelta, que cree que todavía puede ir a más. Esteban, que guarda silencio, ya ha conformado un equipo de 'campaña' y ha encontrado el apoyo de muy relevantes dirigentes y cuadros institucionales de Bizkaia, donde se librará la principal batalla. “Esto no me lo esperaba”, confesó hace unos días Ortuzar a uno de sus antiguos colaboradores, según han relatado fuentes internas a este periódico.
La dirección nacional del PNV, el EBB, se elige en dos tandas. Ya están designados los cinco líderes territoriales, que ya pasaron su propio proceso a doble vuelta en octubre y noviembre, no sin batalla en algunos casos. Ahora toca la presidencia y ocho 'burukides'. Se celebran asambleas locales en cada 'batzoki'. En la primera vuelta, recién terminada, los afiliados puedan lanzar sus nombres. Cualquiera que sume tres 'batzokis' de los más de dos centenares que tiene el PNV puede optar a competir en la segunda vuelta. Esteban lo logró rápido, de modo fulgurante. Se estima que ha podido alcanzar incluso 70, aunque no existen datos oficiales
Se da por hecho que Ortuzar, que expresó su deseo de optar a un cuarto mandato, lleva ventaja. Pero no se ofrecen datos concretos tampoco. Además, en Gipuzkoa el aparato local ha promovido en vista de la emergencia de Esteban una tercera vía, la de Markel Olano, exdiputado general y ahora parlamentario. Las fuentes consultadas apuntan a que no competirá por la presidencia, pero que se valdrá de esa fuerza para inclinar la balanza en la gran batalla entre Esteban y Ortuzar. Finalmente, la alternativa crítica del desconocido Eneko Lekue no ha logrado el mínimo para disputar la presidencia, como anhelaba, aunque sí para que él y dos de sus colaboradores, Olatz Jauregi y David Salinas–Armendariz, puedan ser 'burukides'.
En la segunda vuelta, el que gane en un 'batzoki' se lleva todos los apoderados que tenga asignada esa organización en función del número de afiliados. Después, habrá asambleas territoriales en las que, nuevamente, el que más votos tenga se llevará todos los compromisarios que se envían de allí a la asamblea nacional definitiva que proclamará al nuevo líder del partido. En la práctica, el que gane en Bizkaia y en otro territorio tendrá ya la mayoría para lograr la presidencia, según cálculos internos. El calendario retrasa hasta finales de marzo el final del camino, lo que expone a un PNV dividido al escrutinio público todavía durante varias semanas más.
Fuentes del EBB explican que la sala de máquinas del PNV manejaba un “plan A” y un “plan B” en este proceso. El “plan A” era la continuidad de Ortuzar con argumentos tales como que ha habido numerosos relevos tanto en lo institucional como en las direcciones territoriales en estos años que hacían prudente mantener la misma batuta al frente del partido. Y eso que él mismo justificó la salida de Iñigo Urkullu como lehendakari –otro amigo y quinto con el que se ha distanciado– por el hecho de necesitar una “nueva generación” al frente y liderazgos de largo recorrido, para dos o tres mandatos.
El “plan B” era un relevo tranquilo encarnado por Esteban, amigo personal de Ortuzar durante años. Tienen la misma edad, han llevado vidas políticas paralelas y su visión del país y del partido es gemela. En unas generales Ortuzar llegó a cantar a voz en grito “¡Aitor Esteban, laralaralalá!”, abrazado a la exdiputada Josune Gorospe. Pero algo se ha “roto” entre ellos. Nadie sabe o quiere explicar lo ocurrido, pero la evidencia es que Esteban ha armado ya una alternativa. “Hay amigos, enemigos y compañeros de partido”, bromea una afiliada crítica.
Sí es claro que como la confirmación de que el aparato quería optar por el “plan A” llegó muy tarde el “plan B” fue ya imparable. “La sensación era que Andoni no seguía, que había llegado el momento de la renovación. De repente, la gente se quedó descolocada y están concluyendo que también se tiene que ir”, resume un dirigente. “Esto es muy raro. En el PNV hemos tenido peleas, y muy grandes, pero de modelos distintos”, explica otro veterano del partido, subrayando la tesis de que las familias y sectores clásicos han quedado superados y que se abre un nuevo e imprevisible escenario interno.
Fuentes del entorno de Esteban indican que él vio con sorpresa las primeras victorias, que fueron cuatro 'batzokis' de Gipuzkoa y uno en Bizkaia, el de Ermua. En el inicio de la primera vuelta no había nada planificado, aseguran. Un dato: un familiar directísimo de Esteban propuso a Ortuzar como presidente en una asamblea de un municipio muy relevante del gran Bilbao. Pero después empezaron las llamadas, los mensajes y los apoyos en masa a una opción real de cambio, siempre según estas fuentes. Y Esteban ha asumido ya ese mandato. “Al principio había mucho de espontáneo, pero a la vista de los acontecimientos, se ha intentado organizar”, agregan. “Hay una estrategia y un equipo de trabajo”, confirman fuentes ajenas a esta candidatura.
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El diputado tiene un 'jefe de campaña' y significados cargos en la Diputación de Bizkaia o en el grupo del Parlamento Vasco están de su lado. También, claro, tiene aliados en el Congreso. El diputado Mikel Legarda lo propuso en su 'batzoki' de Vitoria, el de Abendaño. O entre algunos veteranos, como Arantxa Tapia, exconsejera con Iñigo Urkullu. En la asamblea del barrio bilbaíno de Rekalde, donde arrasó Esteban, la más votada como 'burukide' fue la parlamentaria y 'número dos' del Bizkai Buru Batzar, Maitane Ipiñazar.
En noviembre, en el proceso territorial, la esposa de Esteban, Itxaso Atutxa, dejó después de doce años la presidencia en Bizkaia, la organización más relevante. Entró Iñigo Ansola, que ha dirigido organismos públicos como el Ente Vasco de la Energía (EVE) o la Agencia Vasca del Agua (URA). Pero parece evidente que aún no está controlando la 'fontanería' del partido en Bizkaia en su totalidad. Las fuentes consultadas apuntan a un “empate técnico” en ese territorio entre Esteban y Ortuzar.
¿Y quién apoya a Ortuzar? No había planes para que continuara, pero a su lado continúa el influyente Joseba Aurrekoetxea, jefe de todo en la vida interna del PNV durante lustros. En su asamblea, la de Portugalete, todos los votos fueron para el actual presidente. También el lehendakari, Imanol Pradales, sigue ahí. Tuvo en Ortuzar y Aurrekoetxea dos grandes padrinos para ser el sustituto de Urkullu. El anterior lehendakari se ha conjurado para ser estrictamente neutral. La batalla, en todo caso, es muy vizcaína. Ortuzar también tiene que decidir si continúa o no en la segunda vuelta, pero hay voces que se preguntan por qué tendría que renunciar quien ha ganado la primera.
En Álava, unos y otros parecen contar con Joseba Díez Antxustegi para la nueva dirección. Es el portavoz en el Parlamento Vasco. Curiosamente, la gran batalla en el proceso territorial anterior se dio en los 'batzokis' alaveses, pero ahora ese foco se ha difuminado. Eso sí, parte del sector crítico que arropó hace unos meses a Gorka Urtaran contra Jone Berriozabal sondea un acercamiento a Esteban. Lo ven como la única alternativa factible al 'establishment'. En Navarra, Ortuzar se impuso con claridad, aunque es un territorio con un volumen de afiliación pequeño.
¿Y Gipuzkoa? Históricamente, el partido allí lo ha controlado un sector más soberanista y capitaneado por Joseba Egibar. En su momento, peleó la dirección nacional a Josu Jon Imaz y con Iñigo Urkullu y con Andoni Ortuzar se han logrado equilibrios de reparto de poder interno e institucional para evitar que se reabriera esa herida. Egibar ya dejó la dirección guipuzcoana en manos de María Eugenia Arrizabalaga, de línea continuista. En el territorio empezó a ganar Esteban, pero conforme ha avanzado la primera vuelta, ha habido una “orden” de impulsar a Olano, también de perfil similar a Egibar y Arrizabalaga. A Ortuzar y Esteban les tocará negociar que esa fuerza se sume a su candidatura. En 'El Diario Vasco' ya se ha publicado que el aparato de Gipuzkoa quiere más peso en la dirección nacional.
Hace cuatro años, de los ocho 'burukides' electos cinco procedían de Bizkaia, dos de Gipuzkoa y uno era alavés. El mandato termina con solamente seis, cinco vizcaínos y uno guipuzcoano. De los equilibrios internos dependerá también que finalmente se haga un hueco en el octeto el navarro Javier Ollo, que acumula ya los cargos de alcalde de Alsasua, parlamentario foral y miembro del NBB, la dirección local. En la primera vuelta ha habido una baja participación en las asambleas. Se espera que eso crezca ahora. Además, en el entorno de Esteban confían en que el hecho de que ahora vaya a haber una candidatura sólida desde el principio puede impulsar a mejorar el resultado de las anteriores votaciones.
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