Generar electricidad limpia para llevarla a los que más la necesitan: el proyecto de Rivas contra la pobreza energética

Una revolución eléctrica se está fraguando en Rivas Vaciamadrid y tiene al sol como protagonista. El consistorio lleva varios años trabajando en un sistema que le permita generar toda la energía que consume a través de paneles solares. Lo está haciendo a través de distintos modelos de explotación y uno de los objetivos a cumplir será ayudar a los ripenses más vulnerables a nivel energético, aquellos que no pueden pagar su suministro, en algunos casos la calefacción en invierno o la ventilación de sus casas en verano.

La instalación de cientos de paneles solares sobre cinco edificios municipales que se está llevando a cabo estos meses servirá para que varias decenas de familias consigan unas facturas de la luz muy reducidas, a través de un sistema de cesión de la energía “de kilómetro cero” que también redundará en el resto de la ciudad.

Las familias beneficiarias serán las que se encuentran recibiendo ayudas del área de Servicios Sociales, que costea su factura de la luz para evitar la pobreza energética. La idea ahora es pasar de un modelo subvencionado a otro de generación de energía propia y concienciación a las propias familias de buenas prácticas a la hora de ahorrar consumo en sus hogares.

El sistema funcionará de la siguiente forma: los paneles solares instalados en cinco edificios municipales (se han aprobado varios en los colegios de La Luna, José Hierro, Dulce Chacón y en la Casa de Asociaciones) generarán cerca de 350 kwp. Un tercio aproximado de esa energía podrá dar electricidad al medio centenar de familias incluidas en el programa.

A la vez, las beneficiarias pasarán por una formación que les explicará cómo han de cambiar sus hábitos para reducir consumos o desplazar su mayor gasto de energía al día, durante las horas de sol: deberán poner lavadoras o el lavavajillas cuando más iluminación reciban los paneles. “Si además de darles energía les damos conocimiento sobre la factura de la luz, el funcionamiento del mercado y la eficiencia, cuando salgan del proyecto por haber recuperado su autonomía económica podrán mantener estas costumbres”, apunta José Manuel Castro, concejal de Innovación y Modernización, cuya área se está encargando de este proyecto.

“Nuestro objetivo es que en el mes de junio las familias reciban la energía” añade mientras trabaja para llegar con todo al verano, cuando se produce un pico de consumo para la refrigeración de las casas ante las altas temperaturas.

“Estos meses nos van a permitir incorporar las familias al programa y dimensionarlo en función de sus necesidades”, cuenta mientras detalla que el área estudia sus curvas de consumo para hacer un reparto ajustado. En paralelo se están montando los equipos y legalizando las instalaciones para llegar al estío con los paneles solares a pleno rendimiento. La actuación conllevará también una inversión muy grande en almacenamiento, para poder suministrar energía durante el día pero también cuando el sol se ha puesto.

Placas de particulares, energía pública

El proyecto se enmarca dentro de la apuesta del Ayuntamiento de Rivas por la soberanía energética, que está desarrollando para intentar producir toda la energía que actualmente consume el municipio y forma parte de su Agenda Urbana Rivas 2030. De momento cuentan ya con instalaciones solares en 71 edificios públicos, con más de tres millones de euros invertidos solo en el anterior mandato para ampliar estas infraestructuras. El número total de placas instaladas es de 5.636, que generan 3,38 GwH anuales y una potencia de 2.330 Kwp. 

La apuesta energética de Rivas se completa con otros programas englobados bajo el apartado de Ciudad Inteligente y destinados por ejemplo a consumir menos energía, como el 50/50 enfocado a centros escolares, con el que los alumnos aprenden a ahorrar electricidad, agua y gas, que acaban redundando en inversiones para los propios colegios, que se deciden además de la mano de los alumnos. Aunque el proyecto que cambiará todo está por llegar, con la creación de una gran comunidad de energía local que consiga esa soberanía, una iniciativa de unos 500 millones de euros que coordina el área de Innovación y que se desarrollará durante los próximos años.

El modelo que seguirá el consistorio para esta apuesta será la de sellar acuerdos con inversores, que financian la instalación de placas solares sobre casas de vecinos, firmando con ellos contratos de cesión de cubiertas, mientras que el propio Ayuntamiento se convierte en el gestor de esa energía. Parte de lo que produce se lo queda el vecino y el excedente lo comercializan desde el municipio, “a un precio infinitamente más barato”, gracias al ahorro del peaje del que está exento el autoconsumo, destaca Castro.

Esto se une a prácticas municipales que ahorran costes en el suministro, como la compra directa de energía en el mercado sin pasar por las comercializadoras, lo que ha supuesto un ahorro en los últimos cinco años de más de 3,5 millones de euros.

Con estas iniciativas y otras como la oficina de asesoramiento a las comunidades energéticas, el consistorio apuesta por convertirse en una “locomotora” energética a la que va sumando “vagones” como las comunidades de vecinos, los instaladores o los inversores. Todo ello para entrar de lleno en el debate al derecho de la energía, que en su opinión no debe abandonarse desde lo público. “De esta manera no estaremos supeditados a las eléctricas ni a posibles conflictos internacionales que pueden multiplicar el coste energético”, apuntan desde el Ayuntamiento. “Si Rivas consigue llevarlo a cabo, esto va a cambiar el panorama energético nacional: va a ser una demostración al resto de ayuntamientos de que pueden asegurar el suministro eléctrico a sus vecinos”.