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La placa que la extrema derecha quería poner en la “checa” del cine Europa no será colocada al negarse la propiedad

Del libro de reciente aparición Ilustrando los cines de Tetuán (Antonio Ortiz)

Luis de la Cruz

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No habrá placa en recuerdo de las víctimas de la llamada checa del cine Europa en la guerra del 36. Así lo dio a conocer la presidencia de la Junta de Distrito de Tetuán durante el pleno celebrado el pasado jueves 6 de febrero. La razón es que los propietarios del edificio, la empresa de saneamientos Eugenio Pereda, ha denegado el permiso para la colocación de la placa en el 160 de Bravo Murillo. Sí se colocará previsiblemente otra que recuerde la historia del importante edificio racionalista, que fue aprobada por unanimidad en el pleno distrital de enero, y que vendrá a unirse a la que ya existe desde hace años, colocada por el Colegio de Arquitectos de Madrid.

El homenaje a las víctimas de la checa salió dentro de los presupuestos participativos de 2021, con una dotación presupuestaria de 5000 euros. Lo hizo a través de una vía excepcional, pues no fue una de las propuestas más votadas. Gracias a su bajo coste, fue incluida por delante de otras más apoyadas que también habían quedado fuera, haciendo uso de los remanentes de los presupuestos de ese año, según explicó el Ayuntamiento de Madrid a este medio.

La iniciativa que originó todo fue presentada a los presupuestos participativos por ADECOM (Asociación para la Defensa de las Competencias Municipales), una asociación radicada en el distrito de Tetuán próxima al partido VOX que en 2021 daba sus primeros pasos. Esta fue también la entidad ciudadana que formuló la pregunta acerca de la colocación en el último pleno que desveló su inviabilidad.

La colocación de la placa se ha ido retrasando durante los últimos ejercicios, lo que ha dado pie a frecuentes preguntas del grupo municipal VOX en los plenos mensuales del distrito. Este curso, contaba con dotación presupuestaria pero la negativa de la propiedad del edificio ha terminado con su periplo.

El Cinema Europa durante la guerra

El Cinema Europa fue, desde los primeros días de la guerra que siguió al golpe de Estado franquista, cuartel de milicias confederales, sede del Ateneo Libertario de Cuatro Caminos, punto de abastecimiento de víveres para la barriada y centro de detención. Es esta última instancia la que se hizo tristemente famosa dentro de violencia en la retaguardia del bando republicano. La tan mentada checa del cine Europa.

El Europa fue, pues, uno de los centros de poder obrero que asumieron durante la primavera y el otoño de 1936 algunas de las funciones que habitualmente desarrollaba un Estado colapsado. La defensa (los cuarteles de milicias, que en el caso del Europa utilizaron el patio del contiguo colegio Jaime Vera), cultural (el propio ateneo), el abastecimiento, el orden público y la administración de justicia, con condenas a muerte sustanciadas en juicios y paseos extrajudiciales llevados a cabo por brigadas ligadas a los comités revolucionarios.

Checa es el término que, inspirado en el nombre de la policía política soviética (cheka), utilizó la propaganda franquista para referirse a los centros de detención de las distintas organizaciones políticas y sindicales del orbe republicano. Últimamente ha sido puesto en cuestión por historiadores como Fernando Jiménez Herrera, no por negar la existencia de la represión en la retaguardia y sus excesos sino por ser un totum revolutum donde el franquismo metió indiscriminadamente realidades muy diferentes.

La peripecia del cine Europa durante la guerra ha sido objeto en los últimos años de mucha atención. El espacio aparece en el documental El honor de las Injurias, del pintor Carlos García-Alix, que también ha inmortalizado el edificio sobre lienzo. La película analiza la figura de Felipe Sandoval, el Doctor Muñiz, un conocido hombre de acción anarquista que ejerció de chequista en el Europa. Un retrato más coral ofrece el trabajo historiográfico –pero muy accesible para el gran público-- de Alejandro Pérez-Olivares, titulado Victoria y control en el Madrid ocupado. Los del Europa (1939-1946). Por último, el cine es uno de los escenarios de la novela negra Pólvora, tabaco y cuero, del periodista Javier Valenzuela.

Entre la historia y la batalla cultural

Independientemente de la oportunidad o la justicia de la propuesta, esta se inserta en una clara lógica de batalla cultural a propósito de la memoria histórica. La petición llevada en 2021 a los presupuestos participativos se argumentaba enunciando la Ley 52/2007 de 26 de diciembre (conocida como Ley de Memoria Histórica), un texto legal que ha estado en el centro del debate público en los últimos años.

No es la única ocasión en la que ADECOM ha querido hacer de la historia local del distrito un campo de batalla. En los últimos presupuestos participativos propusieron sin éxito erigir “un monumento significativo del origen del barrio de Tetuán” en forma de estatua ecuestre del general Prim o de otros militares involucrados en las guerras de Marruecos a las que, erróneamente, se atribuye el origen del distrito.

El interés histórico de la asociación se sustancia en la organización de visitas culturales, que en los últimos meses han incluido excursiones al Valle de los Caídos, al Museo de la División Azul o a la Pajarería Selva, un comercio de Tetuán conocido por vender merchandising de extrema derecha.

El debate histórico y la batalla cultural a propósito de la guerra se produce en las juntas de distrito con relativa frecuencia. Valga como ejemplo la proposición presentada en Tetuán por Más Madrid en noviembre de 2022 para rendir homenaje en la Calle Marqués de Viana a las víctimas del bombardeo llevado a cabo en diciembre de 1936 sobre población civil en el llamado Mercado de las Fuencarraleras. En este caso, la propuesta fue rechazada por los dos partidos de la derecha. Durante el debate, la entonces concejala presidenta, Blanca Pinedo Texidor (PP), denostó la Ley de Memoria Democrática por estar “pactada con etarras”, mientras que los portavoces de VOX y el propio Partido Popular hicieron en sus réplicas referencia a las víctimas de la checa del Cine Europa.

El Cinema Europa y su importancia histórica

El Europa fue el gran cine del extrarradio norte, testigo y ejemplo de la gran dimensión que el barrio de los Cuatro Caminos había alcanzado ya a la altura de los años treinta. Obra del arquitecto Luis Gutiérrez-Soto, es una de sus grandes obras racionalistas –hermano del cine Barceló--, estilo del que fue introductor en España antes de pasarse al herrerianismo franquista después de la guerra.

El cine fue, como la propia barriada, campo de batalla de las ideas y las organizaciones políticas del momento. Fue el escenario de un recordado mitin de Miguel de Unamuno en 1930 a la vuelta del destierro al que le sometió la dictadura de Primo de Rivera. Durante la Segunda República por su platea pasaron con frecuencia Largo Caballero, Cipriano Mera y otros líderes políticos de la izquierda. Precisamente por ello, Falange quiso disputar uno de los territorios obreros por excelencia y programó en febrero de 1936 un mitin en el que se cantó por primera vez el Cara al sol.

Después de la guerra prendió en la memoria del vecindario como uno de los grandes cines de un barrio en el que entonces abundaban las pantallas, aunque el Europa irá sufriendo una lenta decadencia, encajonado entre los edificios adyacentes y con reformas que desfiguraron sus armoniosas formas. Durante la Transición las primeras figuras políticas volvieron a reservar su sala para hablar a sus correligionarios. Por allí pasaron Santiago Carrillo, Javier Solana, Marcelino Camacho, La Pasionaria o Blas Piñar.

Desde hace muchos años, el edificio está ocupado por la tienda de saneamientos Pereda. En 2021 sufrió una intensa remodelación en la que se trató de acercar el aspecto del edificio un poco más al original, parcialmente perdido en sucesivas remodelaciones. Se recuperó la marquesina curva y se cambió la cerrajería de las ventanas, cuyo color cobre era uno de los elementos más criticados de su anterior encarnación. Dentro de poco, de su concurrida fachada en Bravo Murillo colgará una nueva placa que celebrará sus 96 años de historia al completo.

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