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La judería de Uncastillo, un brillante recordatorio del pasado sefardí de Aragón

Imagen de la sinagoga de Uncastillo.

María Bosque Senero

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Los judíos se asentaron en la localidad de Uncastillo (Zaragoza), donde durante siglos ejercieron sus labores comerciales, mercantiles y artesanales hasta su expulsión en el año 1492, fecha en la que el conjunto de la judería fue bautizado con el nombre de Barrio Nuev’. De aquella época se conservan las sinuosas calles, los callizos y el pavimento que un día deambularon los judíos de la localidad y que llevaban hasta las viviendas de la judería, todavía hoy habitadas.

Uncastillo es una de las joyas de la comarca de Cinco Villas debido al abundante y rico patrimonio que atesora. Una herencia patrimonial ha llegado en buen estado de conservación hasta nuestros días. No en vano, en 1966 la villa fue declarada como Conjunto Histórico Artístico, y el conjunto y los innumerables bienes que acumula están protegidos desde entonces. Aunque la relevancia arquitectónica de esta villa ha recaído históricamente en el catálogo de obras de estilo románico conservadas: las iglesias de Santa María la Mayor, San Miguel, San Juan Evangelista, San Felices, San Martín de Tours y San Lorenzo, además del castillo en el que todavía se pueden ver la torre y el palacio de Pedro IV; el Barrio Nuevo, que durante años quedó eclipsado, ha ido recuperando también su identidad.

Por este motivo, una delegación de la Red de Juderías de España, Caminos de Sefarad, ha llevado a cabo recientemente una visita para estudiar la adhesión de Uncastillo a su amplio catálogo de municipios con encantos sefardíes. La delegación también ha visitado Teruel y Calatayud, las otras dos ciudades aragonesas candidatas que, de ser adheridas, se sumarían a Tarazona, que ya forma parte de esta asociación que tiene como objetivo la defensa del patrimonio urbanístico, arquitectónico, histórico, artístico y cultural del legado sefardí en España. A través de la Red de Juderías de España se fomentan proyectos culturales, turísticos y académicos, además de llevar a cabo una política de intercambio de experiencias nacionales e internaciones que contribuyen al conocimiento y respeto mutuo de pueblos, culturas y tradiciones y al impulso turístico ligado a esta temática.

¿Cuál es la peculiaridad de la Judería de Uncastillo?

Su principal valor, como destaca el historiador y erudito en el tema Miguel Ángel Motis, es “su autenticidad”, debido a que tanto el trazado del barrio judío como las viviendas han llegado “casi intactas” hasta nuestros días desde el 31 de julio del año 1492, día en el que finalizó el plazo dado a los judíos en el Reino de Aragón para convertirse al cristianismo o para abandonar los municipios en los que residían. Desde entonces han pasado “más de 550 años, unas 20 generaciones”, apunta el historiador, y “tanto los medianiles como el número actual de casas coinciden casi con exactitud con las registradas en el siglo XV”, añade Motis.

La judería quedaba delimitada mediante portales que se cerraban por la noche o en caso de peligro. Todavía hoy se puede observar esta delimitación. “En una época de digitalización, los visitantes encuentran en Uncastillo un patrimonio intacto”, explica Motis, que actuó como coordinador de la visita de la delegación de la Red Nacional de Juderías para aportar su conocimiento desde un punto de vista científico.

Otro de los valores que aporta el barrio judío de la villa de Uncastillo es el tipo de construcción y los materiales empleados. “Las construcciones son en piedra sillar, no hay nada más noble”, afirma el historiador, y, salvo en contadas ocasiones, el conjunto no ha sufrido modificación estructural alguna. En las viviendas se conservan las mezuzá originales; una oquedad en la jamba derecha de los pórticos de las casas y ciudades judías en las que se albergaba un pergamino con dos versículos de la Torá.

La Fundación Uncastillo recuperó recientemente parte de la sinagoga (en Barrio Nuevo, número 24), construida en la segunda mitad del siglo XIII. Además de cumplir su finalidad religiosa, este espacio incluía el horno de la comunidad, un huerto y un columbario o palomar. En la actualidad se ha recuperado un tercio de la sinagoga a través de actuaciones que se han llevado a cabo con aval científico. “La sinagoga ahora está tal y como se encontraba en el momento de su uso, se pueden ver dos de las columnas y las puertas diferenciadas, una para los hombres y otra para las mujeres, algo que impresionó a los integrantes de la delegación de la Red de Juderías de España”, afirma Miguel Ángel Motis.

El Puente de Barrio Nuevo y el Puente de los Judíos, son otros de los vestigios públicos de la época judía de la villa de Uncastillo. Este último puente desemboca en el cementerio, que se encuentra ubicado extramuros y al que se accedía atravesando el Puente de los Judíos. Esta necrópolis conserva a día de hoy cerca de 150 tumbas intactas excavadas en tierra o perforadas en roca y cubiertas mediante lajas rectangulares.

La comarca, una oportunidad para conocer el mundo sefardí casi intacto

No solo la villa de Uncastillo conserva los vestigios del pueblo judío tras el paso de seis siglos. También otras localidades como Luna, Biel, El Frago, Ruesta, Luesia y Sos del Rey Católico atesoran interesantes restos de lo que fueron sus barrios judíos. Para el historiador Miguel Ángel Motis, autor de la publicación `Los judíos de Uncastillo en la Edad Media (siglos XI-XV)´, la adhesión de la judería de Uncastillo en la Red Nacional sería una oportunidad para dar a conocer, dentro y fuera de España, el interesante y único patrimonio sefardí que se conserva “casi intacto” en la comarca de Cinco Villas.

Desde la comarca aseguran que la delegación se llevó “una buena impresión” de la visita. A esto se suma que todas las partes implicadas; Ayuntamiento de Uncastillo, comarca y Diputación Provincial de Zaragoza, se muestran unánimes con el proyecto de visibilizar y poner en valor el patrimonio sefardí que atesora, sobre todo, la zona media y norte de las Cinco Villas. También la ciudadanía que habita en el Barrio Nuevo, al recuperar su pasado y su memoria a través de eventos como las jornadas de agosto cuando los vecinos con centenares de velas abren los zaguanes y sus casas, están remando a favor para poner en valor la cultura judaica. “Era importante que los habitantes del barrio judío se reencontrasen con su pasado”, explica el historiador.

Uncastillo sefarad, un ejemplo más allá de España

Visitantes interesados en la cultura judaica han viajado desde Estados Unidos, y especialmente desde Francia, para recorrer las ciudades y los vestigios del sefarad en España; sin embargo, “hay un vacío en Aragón”, explica Motis, que recuerda que en localidades de las Cinco Villas hasta el 40% de la población era judía, “una proporción muy superior a la que se encuentra en el resto de las ciudades de sefarad”, incide.

Decenas de doctorandos de la cátedra de Estudios Judíos de la Universidad Hebrea de Jerusalén han visitado el barrio judío de Uncastillo a lo largo de las últimas décadas. Un lugar en el que aseguran haber “percibido realmente, como en ningún otro sitio, cómo vivieron sus antepasados”, poniendo en valor lo “genuino y auténtico” de la judería y de la villa en su conjunto, “la piedra en su pureza” y el hecho de que todas las construcciones públicas o privadas son originales, “no hay ninguna recreación, este es el pavimento que pisaron nuestros antepasados”.

En España, la comunidad judía de Madrid también ha mostrado interés por llevar a cabo alguna acción que ponga en valor el pasado judío de Uncastillo. Una idea que nace especialmente motivada por la recuperación de la cultura judía que están llevando a cabo los vecinos y vecinas de esta villa aragonesa, promoviendo el pasado sefarad a través de actos y celebraciones populares a lo largo del año.

Tanto para estos estudiantes como para el resto de visitantes que pueden llegar de otras asociaciones, “rezar donde lo hacían sus antepasados, o pisar las calles por las que transitó un pueblo tan perseguido como el judío es algo muy especial, y Uncastillo, junto con otras localidades de las Cinco Villas, ofrecen esa posibilidad y esa experiencia de una manera auténtica, casi única”, considera el historiador Miguel Ángel Motis.

Entrar a formar parte de la Red de Juderías de España sería un impulso fundamental para seguir difundiendo el patrimonio sefardí de Uncastillo y la comarca de Cinco Villas. Por el momento habrá que esperar a la siguiente reunión, que previsiblemente se celebrará en la localidad de Tudela, en Navarra, en el mes de junio, para conocer si Uncastillo cumple todos los requisitos mínimos que exige la red para formar parte de ella.

Sobre los requisitos que se exigen desde la Red Nacional a las juderías aspirantes a formar parte Diana García, gerente del plan de sostenibilidad de la comarca, asegura que Uncastillo cumple todos los requisitos mínimos que exige la red“ y que ”tiene probabilidades reales de entrar“ a formar parte de esta importante red nacional gracias a la labor de recuperación patrimonial que lleva haciendo desde años la Fundación Uncastillo; la entidad está diseñando un centro de interpretación sobre la muerte en la cultura judía ligada a la sinagoga y al potencial sefardí existente en la localidad. Un elemento, que junto a la documentación histórica acreditada, y el sentimiento de pertenencia de los habitantes del Barrio Nuevo de Uncastillo, suponen elementos ”de peso“ a tener en cuenta de cara a entrar a formar parte de la red.

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